Juventud se quedó con el clásico y fue justo, fue el que menos se equivocó a la hora de las definiciones y allí estuvieron Matías Zapata y Gonzalo Calza para decretar el fallo ante un Sportivo que cumplió en la misma medida que su rival, pero sin ese "plus" que la gente de Ariel Catinot puso para seguir invicto y poner la primera derrota en la lista de su tradicional adversario. No fue errada la forma que diagramó en la cancha Rodrigo Scelza porque sin temor a malas interpretaciones, también pudo ser para su cosecha el partido por algunas instancias que murieron en el área de Fabián Tschieder. Fue importante Alejandro Verdún, Gastón Salinas y también Emilio Silva que defeccionó en la "hilvanada" final de un par de posibilidades. En Juventud primaron los mismos valores de jugar buen fútbol y eso pasó por Catinot, Garnero, y la insistencia pegajoza de Víctor Belén que es más molesto que mosca de tambo en la zona de peligro. Se podrían decir muchas cosas de este partido que no desencantó, que no tuvo muchos lujos pero si las mejores intenciones de usar el esférico de la mejor manera. El rojinegro sacó la mejor tajada esta vez y el maravilloso entorno, el público de ambas parcialidades fue quien también se lleva las palmas por todo lo que pusieron para que el clásico fuera tan bien recibido. Nunca está demás decir que la batucada de la Juve es increíble pero, el zanjonero está por la misma senda y pese a la tristeza, siguieron tocando y se retiraron en paz, al menos hasta donde vimos, sin decaer en su aliento para un equipo en el que están creyendo y que no sea poca cosa. (José López)
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